Efectos de la ola neoliberal en la educación superior pública
Claridad en la Nación
Aníbal Y. López Correa*/Especial para Claridad
“Sin escuela no hay orden social,
como no lo hay sin libertad,
como no lo hay sin moralidad pública,
como no lo hay sin trabajo organizado,
como no lo hay sin administración pública.”
Eugenio María de Hostos
En los pasados años en el país hemos visto cómo, poco a poco, se están poniendo en práctica una serie de medidas dirigidas a que el estado se rinda ante los grandes intereses y de esa forma permitir que sean los excesos del sector financiero y del capital privado quienes dictamen la política pública. Esa forma de actuar es lo que comúnmente llamamos neoliberalismo. Las propuestas neoliberales se traducen en golpear el bolsillo de la clase trabajadora y, a la vez, darles más subsidios y mano libre a los grandes intereses privados para articular sus políticas dirigidas a saquear el bien público.
En la Universidad de Puerto Rico hemos visto cómo, poco a poco, esas medidas han estado tocando sus puertas. Los aumentos en los costos de la matrícula a los estudiantes, la contratación de docentes sin asegurarles el empleo, la congelación de plazas de la clase trabajadora (tanto docentes como no docentes), la reducción de secciones, son varias de las medidas que se han estado implantando en la UPR. Informes como los redactados por el Comité Asesor de Financiación Institucional (CAFI), y por el Colegio de Contadores Públicos, son ejemplos de que los planes neoliberales vienen acechando la UPR desde hace varios años.
A raíz del cambio de gobierno, el neo-liberalismo, representado por el Comité Asesor de Reconstrucción Económica y Fiscal (CAREF), ha tomado un empuje mayor para empobrecer a la clase trabajadora y enriquecer a los grandes intereses privados. Atada a la ley que aprueba el despido de más de 30,000 empleadas y empleados públicos, se aprobó dejar sin efecto toda ley y convenio colectivo y de facto se redujo el presupuesto de la Universidad de Puerto Rico en más de $120 millones de dólares anuales. Esto se traduce en que todo aumento salarial queda suspendido, en momentos en que la inflación está en aumento, y que, según el plan diseñado por la Presidencia de la UPR, se eliminarían compensaciones, se disminuiría el ofrecimiento de clases, se congelaría la aprobación de propuestas de investigación y se reducirían drásticamente las ayudas económicas y trabajos por jornal para estudiantes universitarios.
Esta ley, la ley 7, no es una única propuesta, sino que es parte de un plan neoliberal completo que tiene como segunda fase la aprobación de la Ley de las Alianzas Público-Privadas. Esta propuesta, a grandes rasgos, abre las puertas para la privatización de todo bien público. De la misma forma que se privatizaron los hospitales, los servicios de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados, y la Telefónica, se podrían privatizar las escuelas, y algunos recintos de la Universidad de Puerto Rico. Sin embargo, la particularidad de esta forma de privatización es, que se establece como principio general que toda ganancia que se genere por el cobro de servicios que le corresponden al estado sería para los grandes intereses privados y cualquier pérdida le corresponde pagarla al pueblo puertorriqueño.
El futuro que se le augura a la sociedad puertorriqueña dista mucho de ser un evento aislado. Hemos visto cómo junto con la reducción del presupuesto de la UPR se está recomendando un presupuesto menor para la Escuela de Artes Plásticas y otras instituciones dirigidas a fomentar la cultura puertorriqueña. Hace poco el Consejo General de Educación y el Consejo de Educación General han augurado que con el presupuesto recomendado por la actual administración para esas instituciones educativas, se podrían ver afectados 30,000 estudiantes ya que no recibirían fondos de becas legislativas. Evidentemente esto es parte del plan neoliberal del gobierno de los ricos, en el cual se pretende mantener a un pueblo sin acceso a la educación, ya que un pueblo bruto e idiotizado no cuestiona al sistema que manejan los ricos.
Es hora de defender nuestra educación pública o de lo contrario seremos cómplices de tener un pueblo bruto e idiotizado. ¿En qué bando estás?
*El autor es estudiante del Recinto Universitario de Mayagüez de la Universidad de Puerto Rico y es parte del esfuerzo multisectorial que se ha desarrollado, denominado como Movimiento Universitario En Vela por Trabajadores y Estudiantes (MUÉVETE).